domingo, 10 de enero de 2010

miembro fantasma



Nuestro cerebro tiene una representación de nuestro cuerpo dentro de él, una imagen mental de las diferentes partes del cuerpo que se encuentra en nuestra corteza cerebral sensorial. La corteza sensorial está programada para cuidar a determinadas partes del cuerpo y esta representación es conocida como el homúnculo. Las diferentes partes del cuerpo como los labios y las manos están muy representadas en otras áreas del cuerpo que necesitan mucho el control del cerebro para comprender lo que está pasando. Estas áreas del cuerpo son mucho más importantes para la gestión de nuestras vidas diarias y están representados con más fuerza en la región del cerebro dedicada a ellos.

Cuando el tejido está dañado libera químicos inflamatorios que causan tanto dolor en los nervios locales como para disparar y despertar los nervios que normalmente no participan mucho. Como los niveles de los impulsos nerviosos van en aumento hacia la médula espinal, los nervios de la segunda etapa no se sobreexcitan y comienzan a amplificar los mensajes entrantes, poniéndolos por encima de los niveles de transmisión del dolor al cerebro. Esta amplificación de los impulsos nerviosos entrantes se conoce como la sensibilización central, que ocurre en todos los estados de dolor agudo, pero que persiste en los estados de dolor central, tales como el dolor neuropático, de los cuales el dolor fantasma es un ejemplo.

El dolor tiene que pasar hasta el cerebro y la fuerza de su camino en nuestra mente consciente hasta que los sintamos, ya que nuestros dolores están siempre en nuestra mente en sentido estricto. El dolor no es imaginario, pero nuestros cerebros construyen una realidad virtual sensorial para que podamos comprender el mundo que incluye el tacto, el dolor y la realidad visual. Es importante darse cuenta de que el cerebro construye la experiencia del dolor que sufrimos y que esto no está hecho por heridas, hernias de disco o un ligamento desgarrado.

La amputación causa una interrupción mayor de los sistemas del cuerpo de lo que parece evidente en la superficie, ya que no es sólo de los ligamentos, músculos y huesos que se corta quirúrgicamente. Los nervios que viajan a las extremidades son transversales y esto tiene profundas repercusiones en el sistema nervioso, las cuales no se aprecian cuando la entrada del cuerpo se interrumpe. Cuando los flujos constantes de información que llega se cortan, el sistema nervioso reacciona de manera anormal y puede causar síndromes de dolor desagradables que son difíciles de tratar.

Los nervios de la segunda etapa reaccionan mal a la privación de los flujos de entrada de los impulsos, no por ir fuera de línea, sino por hacer lo contrario, por aumentar su capacidad de reacción y respuesta. Debido a que el nervio ha sido cortado no hay mensajes que lleguen a través de él y puedan comenzar a disparar los impulsos sin razón, de forma espontánea. Estos nervios sobreexcitados pueden producir un problema significativo del dolor, mientras que el miembro amputado ya no existe más los nervios que sirven a las áreas del mismo siguen presentes en el sistema nervioso central. Las áreas sensoriales del cerebro que son responsables del miembro todavía son capaces de provocar dolor.

El dolor que aparece en una zona del cuerpo que ahora está ausente se conoce como dolor fantasma y es un efecto secundario común de la amputación, que se desarrolla en las semanas y meses posteriores al trauma. El dolor fantasma puede ser muy desagradable, profundo, o agudo y punzante y por tanto puede ser un dolor muy difícil de tratar o lidiar con él. El dolor neuropático es el término para un dolor como éste, que es generado internamente por el sistema nervioso central y no como los dolores normales que son secundarias al daño tisular.

El dolor neuropático es difícil de tratar con fármacos del tipo de la morfina como el fentanilo, codeína, morfina o tramadol y los agentes más comunes contra este tipo de dolor son gabapentina, amitriptilina y la pregabalina. Los agentes de tratamiento físicos, tales como estimulación nerviosa eléctrica transcutánea pueden ser utilizados, conectando pequeños electrodos a la piel y la reducción del dolor transmite señales al sistema nervioso central. La terapia cognitiva puede ser necesaria para ayudar a los pacientes a manejar los problemas de un dolor a largo plazo.

Muchos pacientes con una amputación tienen un grave problema a largo plazo en el dolor fantasma. La participación de una clínica de dolor con la gestión del equipo multidisciplinario es un buen enfoque.

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