¿Qué es?
Es una asimetría de la cabeza ocasionada por una presión constante ejercida sobre la misma región del cráneo.
La presión sobre los huesos todavía blandos del bebé, suele producir:
- Un aplanamiento de la zona posterior de la cabeza
(a veces también se aplana la parte lateral).
- Un abombamiento en la frente
(a veces un ojo queda por debajo de otro).
Es muy importante que el médico diagnostique esta deformación lo antes posible y descarte otra patología, la craneosinostosis, cuyos síntomas pueden ser similares y que reviste mayor gravedad, necesitando normalmente cirugía. Además, los mejores resultados con el tratamiento se obtienen durante el primer año de vida,ya que es cuando se produce el 80% del crecimiento del cráneo , siendo por ello fundamental comenzar el tratamiento precozmente.
Causas
Esta deformación puede estar presente desde el nacimiento o desarrollarse más tarde, sus causas más frecuentes son:
- Mantener al bebé en la misma posición
Boca arriba con la cabeza recta, o con la cabeza girada siempre al mismo lado durante periodos prolongados.
- Bebés prematuros
La consolidación ósea se produce en las últimas 10 semanas de gestación, los bebés prematuros no han tenido este tiempo completo para fortalecer su esqueleto y sus huesos son más frágiles, tampoco ayuda que pasen tiempo en la incubadora forzados a mantener la misma posición.
- Partos múltiples
O complicados con el uso de forceps, ventosas, etc.
- Tortícolis muscular congénita.
Esta lesión suele
Tratamiento
El tratamiento consiste principalmente, en evitar las posiciones que producen la presión en la cabeza del niño para que el cráneo crezca simétricamente.
Es fundamental que los padres y cuidadores colaboren, corrigiendo constantemente al niño cuando esté despierto y favoreciendo que desarrolle otras posturas.Esto se lleva a cabo estimulando al niño y con ejercicios de fisioterapia sencillos y suaves.
Es natural que al principio el niño rechace otras posiciones, pues está más cómodo en su postura habitual, sin embargo, habrá que ir acostumbrándolo mediante el juego, durante periodos cortos que se irán prolongando después.
Es necesario hacerlo respetando las limitaciones del niño y con el cuidado y la sensibilidad que requieren los bebés, teniendo en cuenta que forzarle o irritarle no favorecerá el tratamiento y generará más ansiedad en los padres y en el niño.
Cuando el bebé duerma, le mantendremos boca arriba, (postura recomendada para reducir el riesgo de muerte súbita), pero iremos variando la posición de su cabeza, evitando los puntos habituales de presión.
En los casos más graves es necesario usar un casco de remodelación o intervenir quirúrgicamente.
En la consulta de fisioterapia se intentará mejorar la alineación de los huesos del cráneo y liberar los músculos cervicales que por estar acortados mantengan una posición asimétrica de la cabeza. Para ello utilizamos técnicas con presiones suaves, no dolorosas y las realizamos con especial cuidado, conscientes de la delicadeza del cráneo del bebé.
Optamos por métodos no invasivos y respetuosos con la capacidad de autorregulación (homeostasis) del organismo, como la terapia sacrocraneal y la liberación miofascial.
El tratamiento suele durar unos tres meses, tomamos fotos al inicio y al final para valorar los cambios, y suele ser eficaz en un 90% de los bebés, que pueden evitar el uso de casco y el quirófano.
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